La psicoterapia breve, como cualquier otra terapia psicológica tiene como objetivo aliviar el sufrimiento del paciente. Se intenta que se produzca un cambio en la manera de percibirse y relacionarse con ellos mismos y con los que le rodean. Así mismo, lograr un mayor autoconocimiento, una mejora de las relaciones de las relaciones interpersonales y una adecuada expresión emocional.
En la Consejería cristiana se utiliza la psicoterapia breve como una herramienta terapeutica que busca ayudar al paciente a aliviar su dolor confiando en el Señor Jesucristo y guiado por la Palabra de Dios.
No es solo una disminución de los síntomas, también una exploración y cambio de las estructuras en las que se sustentan dichos síntomas, considerando que Dios puede provocar cambios profundos en aquellos que buscan ayuda a través de la Consejería Cristiana.
En la psicoterapia breve el tiempo es limitado en su estructura temporal. Aunque es difícil delimitar el número de sesiones que necesita cada paciente, en este tipo de terapia, se suelen establecer unas 4 a 8 sesiones de media. La terapia se realiza una vez por semana, con una hora de duración.
El terapeuta tiene un comportamiento más activo y directivo que en otras terapias. Mantiene una actitud orientadora y relativa a los problemas del presente. Además, suele existir una interpretación y confrontación precoz del problema.
Algunas de las características del paciente, han de ser:
-Capacidad de reflexión.
-Tolerancia a la frustración.
-Problema o síntomas de reciente aparición.
Los problemas abordados desde la psicoterapia breve son: crisis personal, problemas de pareja, dificultades interpersonales, inadecuada gestión emocional, etc.
Jesucristo sigue presente en su Iglesia en la persona del Espíritu Santo. Antes de dejar a sus discípulos, Jesús les aseguró que el Padre les enviaría «otro Consolador… el Espíritu de Verdad». La palabra griega que se traduce por «otro» es un término específico que significa literalmente «otro de la misma especie». Durante tres años y medio, en cumplimiento de la profecía de Isaías de que Él sería llamado «Consejero», Jesús guió, instruyó, reprendió, animó y enseñó a sus discípulos.
Era verdaderamente su Consejero. Durante su ministerio, naturalmente, Jesús aconsejó a muchos individuos también.
Ahora bien, cuando Jesús estaba a punto de dejar a sus discípulos, calmó con su gracia sus temores, al informarles que iba a enviarles «otro» Consolador como Él mismo, para que los enseñara y los guiara como Él había estado haciendo.
La traducción de Espíritu Santo como «Consolador» es tradicional. Pero, hay buenas razones, sin embargo, para traducir parakletos en los puntos en que aparece en Juan, por «abogado» o un sinónimo, como «consejero», o «ayuda• dor», o «intercesor». Juan identifica este Consejero como el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad (esto es, la fuente u origen de la verdad y que lleva a la verdad).
La psicoterapia breve es una práctica de la consejería cristiana cuando el Espíritu Santo es quién dirige las sesiones, la Palabra de Dios es la base y la comunidad cristiana (iglesia) toma forma como comunidad terapeutica.
En este mes estudiaremos esta herramienta de la consejería cristiana a partir del consejo de Dios y además de materiales que surgen de las investigaciones en las ciencias e investigaciones.
BENDICIONES
DR. HECTOR SALINAS AYALA
DIRECTOR